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Por qué has notado un recorte en tu nómina de enero: así te afecta la triple subida de cotizaciones

El inicio de 2025 trae una serie de modificaciones en materia laboral y de Seguridad Social que afectan a la nómina de todos los trabajadores por cuenta ajena. La última reforma de pensiones incorporó una triple subida de las cuotas para aumentar los ingresos ante la elevada factura que provocará la jubilación del ‘baby boom. Estos tres incrementos comienzan a aplicarse por completo este año: el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), una cotización extra que ahora se eleva al 0,8% de todos los salarios por cuenta ajena y también en los autónomos, la subida de las bases máximas de cotización hasta 58.900 euros y un nuevo recargo adicional para el tramo salarial que exceda esta base máxima.

El Gobierno ha conseguido salvar esta subida de cuotas tras decaer su base legal en el famoso decreto ómnibus, que incluía la revalorización de las pensiones y otras medidas sociales. El golpe de efecto de la decisión tomada en el Congreso de los Diputados se ha dejado notar a la hora de cerrar las nóminas por parte de empresas y gestoríasUna vez el Gobierno ha subsanado esta decisión, la aplicación de la subida de cotizaciones en enero es legal.

Subida del MEI

Esta cuota se aplicará sobre todas las nóminas y está destinada a nutrir la hucha de las pensiones con una previsión recaudatoria de 130.000 millones de euros a mitad de siglo para afrontar el elevado gasto previsto que supondrá el retiro masivo de la generación del ‘baby boom’. Sin embargo, no genera un mayor derecho al cobro futuro de la pensión. No funciona como una cotización, es un reparto de riqueza de los jóvenes a los boomers que se beneficiarán.

El tipo alcanzará al menos el 1,2% para el final de la década y se actualiza anualmente. Desde 2023, el MEI se incorporó gravando un 0,6% de las nóminas, repartidas entre la empresa (0,5 puntos) y el empleado (0,1 puntos). En 2029 se culminará el periodo transitorio, y esta cuota será del 1,2%, abonando un punto la empresa y 0,2 puntos el trabajador hasta mitad de siglo.

Cada tres años, esta cuota pasa una revisión que sirve como examen de la reforma: si el balance entre el gasto y los ingresos generados supera el 13% del PIB, el Gobierno deberá volver a negociar para aplicar un recorte de gasto o un nuevo incremento de las cotizaciones sociales. En diciembre, el Ejecutivo preparó los trámites legales para iniciar este proceso. En caso de existir tal desvío del desembolso y no encontrar un acuerdo en el diálogo social, el 1 de enero de 2026 se aplicaría otro recargo a través de las cotizaciones sociales de forma automática.

Subida de las bases de cotización

La subida de las bases de cotización, que durante durante décadas ha sido conocida como ‘reforma silenciosa’ de la Seguridad Social, ya no es silenciosa y está plasmada en un papel. Las bases de cotización establecen el salario mínimo y máximo por el que se abonan cuotas a la Seguridad Social. En este caso, el alza de las bases máximas se actualiza ahora con la evolución de la inflación (2,8% en 2024) más un recargo adicional de 1,2 puntos. Así, la subida del 4% hace que los salarios hasta 58.900 euros anuales (4.900 mensuales) paguen cotizaciones sociales.

La subida de las bases mínimas está determinada por el aumento del salario mínimo interprofesionaly se aplicará de forma retroactiva, como viene siendo habitual. El Ministerio de Trabajo anunció esta misma semana el incremento del 4,4% del SMI, hasta 16.576 euros anuales (1.381 mensuales).

Nuevo recargo ‘solidario’ a un millón de nóminas

Finalmente, el Gobierno completó la triple subida de cotizaciones a través de un nuevo recargo para las nóminas que superan la base máxima de cotización prevista para cada año, en este caso, para quienes cobren más de 58.900 euros anuales. De esta forma, la Seguridad Social se asegura de que todos los salario aportan cuotas al sistema, incluso aquellos a los que no alcanza la base de cotización máxima.

Esta cotización extraordinaria incorpora un tipo adicional que arrancará en el 0,92% este año para aquellos trabajadores con un sueldo hasta un 10% más alto que la base máxima de 58.900 euros anuales; un 1% a quienes cobren entre un 10% y un 50% más; y un 1,17% para el resto de nóminas.

Por cada punto que paga el trabajador, la empresa paga cinco. Estos porcentajes aumentarán constantemente hasta moverse en la nada desdeñable horquilla del 5,5% al 7% en dos décadas. Se actualizarán junto con el incremento de las bases máximas durante las próximas décadas sin generar un derecho adicional al cobro de prestaciones como la jubilación.

A diferencia del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que se aplica sobre todos los salarios, la cuota de solidaridad alcanza a las rentas altas. La cuota de solidaridad es una cotización adicional que no tiene carácter contributivo, sino «redistributivo», según el Ejecutivo.

¿Qué significa esto? Sirve para generar un extra en la partida de ingresos que se usarán para pagar las pensiones futuras, pero que no generan una mejora en la base reguladora que calcula la futura pensión del cotizante y podría llegar a considerarse un impuesto. El próximo curso arañará unos 400 millones con esta cuota.

¿Cómo impactará este recargo si eres un trabajador que cobra este tipo de nómina? Lo que restará la cuota de solidaridad a la nómina va desde apenas unos euros hasta varios cientos.

Quienes se ubican en el tramo más bajo y pagarán el 0,92% de su salario bruto –hasta ahora exento de cuotas– abonarán 9,5 euros si el salario es de 60.000 euros al año o 55,5 euros si el ejemplo se calcula con una nómina de 65.000 euros.

Quienes cobran en el tramo intermedio verán gravado su salario con un 1% para la hucha de las pensiones y abonarán una cuota adicional de 160 euros o de 260 euros tomando salarios de 65.000 o 75.000 euros anuales como ejemplo.

El percentil de salarios más altos en España pagará un 1,17% por su nómina bruta. Un salario de 100.000 euros abonará ese porcentaje por un tramo salarial de más de 40.000 euros, en total 480 euros extra. Una nómina de 125.000 euros lo hará por un tramo salarial de 66.000 euros que antes estaba exento de cuotas y pagará ahora 772 euros anuales.

Fuente original: El economista

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