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España pulveriza los registros de despidos: superan los 476.000 en la primera mitad de 2023

El mercado laboral español sigue batiendo los registros de despidos en 2023, con 476.220 bajas por este motivo notificadas a la Seguridad Social hasta junio, un 39,9% más que en el mismo periodo de 2022 y el máximo de la serie histórica comparable, que se remonta a 2013. Solo en junio se anotaron 90.928, lo que supone 4.013 por cada uno de los 22 días laborables del mes.

El dato mensual de junio es el más alto de la serie si descontamos el pico de 127.962 despidos notificados en marzo de 2020, en las primeras semanas de los confinamientos por la pandemia, y antes de que los ERTEs entraran en vigor. Pero supera en un 81% a la cifra registrada en junio de 2019.

Lo que sí queda claro es que el auge de los despidos se debe a los trabajadores con contrato indefinido tras la reforma laboral: suman 439.655, un 62% más que hace un año. Esto equivale al 92,3% del total, frente al 58% del primer semestre de 2019. Y en su caso, el récord no se da solo en el acumulado, también en la mensual con 84.276 despidos.

Es la primera vez en toda la serie histórica que se supera la cota de los 80.000 despidos de indefinidos en un solo mes. Ni siquiera lo hizo en marzo de 2020, cuando solo llegaron a 76.000. El récord histórico de 127.962 bajas por ceses se explica por los 51.665 temporales que se fueron a la calle antes de cumplir la duración estipulada para su contrato.

Eso sí, los despidos de trabajadores fijos crecen con una intensidad más elevada que la del empleo indefinido desde la reforma laboral. Entre junio de 2022 y junio de 2023, los asalariados con un contrato estable contabilizados por la Seguridad Social han aumentado un 11%. Y su impacto parece limitado si atendemos a la ratio de ceses sobre afiliados, aunque aquí también se aprecia una tendencia preocupante.   

Las bajas por despido de fijos registradas en junio apenas suponen una ratio del 0,91 sobre los afiliados al Régimen General con contrato indefinidos en el mismo mes. Pero es la más elevada de la serie histórica por detrás de marzo de 2020, cuando alcanzo el 0,94. Antes de la reforma, la media era del 0,4%: es decir, se ha duplicado, lo que apunta a que el auge de los despidos de estos asalariados responde a algo más que el hecho de que haya más trabajadores con contrato indefinido.

Superan a los ceses por periodo de prueba

A las cifras de despidos en junio se suman 98.837 ceses por no superar el periodo de prueba, 4.493 por jornada, aunque en el acumulado del año han aumentado menos que los despidos, un 16,9%% respecto a hace un año, con un total de 468.914. Esta comparación es significativa porque se invierte la tendencia del primer semestre tras la entrada en vigor de la reforma laboral, cuando el total de este tipo de bajas superó al de los despidos.

Ahora que las empresas han empezado a interiorizar el nuevo modelo para el mercado de trabajo, parece que son los estos lo que empiezan a adquirir más prevalencia. Un comportamiento que podría responder a las expectativas de las empresas ante el ciclo económico.

Históricamente, en los momentos de debilidad económica, los despidos superan a las bajas por no superar el periodo de prueba: ocurrió en los últimos años de la crisis financiera y en el segundo año de la pandemia (cuando las empresas comprobaron que los confinamientos se alargaban más de lo esperado inicialmente). La explicación está en que la contratación se frenaba, con lo cual había menos trabajadores en periodo de prueba.

En cualquier caso, el repunte de ambas métricas desde la pandemia es mucho más intenso que el que se dio en la recuperación tras la Gran Recesión, entre 2014 y 2019. Aun así, hay que tener en cuenta que los datos comparables de Seguridad Social sólo llegan a 2013, con los cual no recogen los momentos de destrucción de empleo más intensos de la crisis financiera.

Las bajas por no superar el periodo de prueba, que no se consideran despidos no conllevan indemnización. Aunque muchos expertos consultados por elEconomista.es recuerdan que estos ceses no se producen solo a iniciativa de las empresas, sino de los propios trabajadores.

El sorprendente récord de dimisiones, otro tipo de baja que tradicionalmente supera a los despidos contribuye a reforzar esta idea. En este sentido, recuerdan que al igual que ocurre con las renuncias, los trabajadores que toman la iniciativa de abandonar un empleo antes de acabar el periodo de prueba lo hacen mayoritariamente por otro empleo.

Sin embargo, la Seguridad Social no desglosa cuáles entran en esta categoría, con lo cual es imposible estimar con claridad el alcance de este fenómeno.

La última opción

Aunque quizá lo más llamativo es que los despidos, a pesar de que no son la primera opción de las empresas para finalizar una relación laboral, siguen al alza pese a las diferentes políticas puestas en marcha por el Gobierno para impedirlo, e incluso ‘prohibirlo’.

Las cifras de despidos siguen quedando muy por detrás de las bajas debidas a la finalización de un contrato temporal o al pase a la inactividad de un indefinido fijo discontinuos

Pero hay que tener en cuenta que se trata de una opción que las empresas intentan eludir por el coste de la extinción de una relación laboral. De hecho, el 55% de los despidos notificados a la Seguridad Social en lo que va de 2023 son disciplinarios, que no conllevan indemnización.

El segundo tipo más frecuente son los despidos objetivos, que suponen el 41,8% con una indemnización tasada en 20 días por año trabajado. Los despidos colectivos, que parten de la misma indemnización apenas suponen el 3%, aunque supone mucho más que los despidos declarados improcedentes que suponen apenas un 0,15%, pese a estar en el centro del debate político sobre la indemnización.

En este caso hay que tener en cuenta, que posiblemente muchos despidos que la estadística de causas de bajas de afiliación recoge como disciplinarios sean recurridos por el trabajador y acaben siendo declarados improcedentes en un proceso mucho más lento pero que no conlleva una nueva baja, lo cual explica que la Seguridad Social recoja tan pocos. La reforma laboral de 2012 eliminó el despido exprés, que permitía a la empresa reconocer la improcedencia en el momento del despido, lo que obligaba al trabajador a recurrir en todos los casos, una situación que la reforma aprobada a finales de 2021 no revertió,

En el caso de un contrato eventual que finaliza en el plazo de su duración determinada, la indemnización es mucho más baja (12 días por años) y en el de un fijo discontinuo que pasa a la inactividad no hay compensación porque la relación laboral no se da por finalizada: en caso contrario contaría como despido.

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