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Escrivá alerta de que el gravamen a la banca penalizará la financiación de las pymes

El impuesto que el Gobierno quiere aplicar a la banca de manera permanente penaliza, con su actual diseño, al crédito con pymes y autónomos. El diagnóstico corresponde al gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, que ayer abogó por evitar la adopción de tributos que tengan un efecto «distorsionador» durante un encuentro informativo de la Asociación de Mercados Financieros (AMF) con motivo de su Convención Anual.

El castigo ocurre porque la formulación del tributo va contra los ingresos originados en el margen de intereses y comisiones, sin tener en consideración el consumo de provisiones de los diferentes negocios y que, en el caso de la actividad con pymes y autónomos, resulta superior a otros negocios, indicó. «Uno que quiera ser muy ambicioso en su política de inversión se verá más penalizado», alertó.

Escrivá, que llegó al Banco de España procedente del Consejo de Ministros, reconoció que la adopción de tributos compete a los «poderes legítimos y democráticos» que tienen asignada la función de decidir a quién se grava y en qué proporción, además de ocuparse de la correspondiente redistribución de la recaudación.

Evitar que sea distorsionador

Sin embargo, abogó por evitar que el impacto de cualquier nuevo tributo sea «distorsionador»: «Creo que a lo que tenemos que aspirar es, si se decide diseñar un impuesto y gravar una actividad, es a que no tengan efectos distorsionantes y generar neutralidad».

Bajo esa máxima relató que, «desgraciadamente», la formulación elegida para el impuesto sobre la banca «está diseñada de alguna forma que algunos efectos pueden materializarse» y «puede haber actividades económicas, que siendo muy importantes, si no se netea de provisiones, pueden tener riesgos». En concreto apuntó a la «importantísima financiación» a pymes y autónomos, «que tiene algo más de riesgos, más colaterizado».

«Tal y como está diseñado, penaliza a este negocio», concluyó. Escrivá arremetió también contra su formulación por tramos, en función de la dimensión del banco: «No termino de entender por qué tiene que ser progresivo según el tamaño de las entidades y por qué sobre el margen de intermediación». El gobernador del Banco de España expuso que, una vez que se tome la decisión, «no lo voy a cuestionar», pero reclamó «que sea genuinamente neutral y no sea distorsionador de su efecto sobre la economía general».

El tributo propuesto por el Ejecutivo mantiene el gravamen del 4,8% sobre el margen de intereses y los ingresos por comisiones fijado en el impuesto adoptado en un origen como extraordinario, con el argumento en aquel momento de que la banca debía aportar más por los resultados generados por la subida de tipos. Su aplicación la aprobó contra los ingresos de 2022 y 2023, posteriormente la prorrogó para los de 2024, y ahora proyecta perpetuar el tributo aún en un escenario de tipos de interés a la baja.

El gravamen original lo soportaban los bancos que en 2019 habían alcanzado los 800 millones de ingresos, dejando fuera a la banca extranjera, pequeñas entidades y neobancos. El tributo, que el Gobierno quiere convertir en permanente aprovechando su reciente reforma fiscal, elimina esa formulación y la sustituye por una escala impositiva que va desde el 1 al 7%, en función de cuál sea la base liquidable del tributo. El 1% opera para bases inferiores a 750 millones y el 7% a partir de 5.000 millones.

Fusiones europeas

Al ser cuestionado sobre la consolidación financiera, eludió entrar a analizar la situación a escala nacional donde BBVA tiene en marcha una opa sobre Sabadell. En clave europea expuso que «necesitamos un mercado único de capitales de verdad» como lo tiene Estados Unidos y que canaliza el 80% de su financiación, y subrayó que a pesar de que los mercados se encuentran «muy bancarizados» apenas existen bancos «genuinamente paneuropeos». Su existencia haría, a su juicio, «más resiliente» la Unión Europea.

Por otro lado, y en relación a las incertidumbres sobre la capacidad del Gobierno de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, expuso que España dispone de mecanismos que le permiten funcionar sin ellos durante un tiempo, a diferencia de otros países como Francia o Estados Unidos. Recordó también que, hasta 2027, bastante parte del esfuerzo se acometerá bajo el paraguas del plan de recuperación. Con todo, concluyó que, aunque la situación es «indeseable» y conminó a llegar a un acuerdo con el Presupuesto, precisó que en su ausencia «tampoco los efectos económicos son tan dramáticos».

Fuente Original: El Economista

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