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El peso de los jubilados respecto a la población activa subirá cinco puntos esta década

«El proceso de envejecimiento poblacional supone uno de los mayores retos estructurales que afronta la economía española», así firman investigadores del Banco de España un análisis sobre el envejecimiento de la pirámide demográfica española y su efecto directo sobre el mercado laboral y, de forma consecuente, sobre el sistema público de pensiones. La tendencia natural que arrastra el país llevará a que la ratio entre la población de 65 años o más y la población activa (de 15 a 64 años) subirá cinco puntos para 2030, alcanzando el 35,1%.

El banco central recoge los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que espera un incremento de la población mayor de 15 años de 3,4 millones hasta 2030. Sin embargo, lejos de sumar fuerza laboral al mercado de trabajo, solo el colectivo mayor de 65 años -que en su mayoría serán jubilados- supondrán casi dos millones de este aumento. Tal y como expone la institución que lidera Pablo Hernández de Cos, el aumento de la población total y de la mano de obra estaría sustentado por los flujos migratorios netos.

Pese a todo, la tasa de actividad continuaría hundiéndose. Durante la última década, el envejecimiento habría impactado de forma negativa en 3,4 puntos. De cara a los próximos ejercicios y hasta final de la presente década, este indicador bajaría otros 2,8 puntos. Los inmigrantes ‘salvan’ a la economía de una potencial caída adicional de 1,6 puntos.

Eso sí, en la actualidad ya hay regiones del norte (Cantabria, Asturias y País Vasco) con una tasa de actividad hasta cinco puntos menor. De haber mantenido de forma hipotética la pirámide de 2012, habría casi 800.000 potenciales trabajadores adicionales.

Impacta sobre las pensiones

Dentro de este análisis del envejecimiento, la tasa de actividad o la tasa de dependencia hay unas consecuencias explícitas con la vista puesta a mitad de siglo sobre el sistema de pensiones que, en esta ocasión, no firma el Banco de España. Con el progresivo retiro de la generación del baby boom se agravará el tensionamiento financiero de las cuentas de la Seguridad Social: sin medidas adicionales, las nuevas altas contarán progresivamente con pensiones iniciales cada vez más altas, a la vez que dejarán de formar parte un gran número de actuales cotizantes.

La presión demográfica sobre la economía española ya comienza a notarse. Actualmente, unos 2,4 trabajadores cotizan por cada pensionista; en 2050 esa ratio de dependencia será sólo de 1,7 a uno. La fuerte caída se explica por la esperanza de vida española de 83 años -una de las más altas del mundo- y por el hecho de que el baby boom llegó más tarde que en otros países. En la actualidad, menos de dos cotizantes sostienen a cada pensionista en la mitad de CCAA.

La pirámide demográfica española avanzará implacable (véase el gráfico) hasta trasladar el grueso de la población hacia la tercera edad. Si actualmente el 20% de la población es mayor de 65 años, dentro de tres décadas esta cohorte supondrá algo más del 30%.

La última reforma de las pensiones abordada por el ministro en funciones, José Luis Escrivá, incorpora una medida de contención que penaliza la contributividad: más aportaciones, con el tope de la pensión máxima creciendo a un ritmo más limitado.

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