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Inspecciones telemáticas de Hacienda

Inspecciones telemáticas de Hacienda

Las inspecciones tributarias telemáticas ya son posibles. El Gobierno ha aprovechado un decreto ley para dar el visto bueno al uso de la videoconferencia, u otro sistema similar, en los procedimientos con el fisco. De este modo, Hacienda podrá citar a los ciudadanos por videollamada para que aporten documentos o respondan a preguntas durante la inspección. Eso sí, requerirá la conformidad del contribuyente en cuanto a su uso, y la fecha y hora de su desarrollo.

Mediante estos sistemas digitales, fuertemente impulsados por las circunstancias vividas durante la pandemia, se quiere agilizar y facilitar los trámites con la Administración. No obstante, su uso plantea numerosos interrogantes legales, sobre todo en lo referente a las garantías de privacidad para los contribuyentes. En este sentido, los expertos advierten que la aplicación que desarrolle Hacienda deberá cumplir todos los requisitos de seguridad.

Para empezar, cabría preguntarse si la Administración está legitimada a tratar los datos de los ciudadanos a través de este medio. Del análisis de su regulación parece que sí, puesto que el desarrollo de la citación telemática está amparada en el consentimiento del contribuyente. Pero para que este sea válido, apunta el fiscalista Leopoldo Gandarias, socio de Alliantia, “la Agencia Tributaria (AEAT) tendrá que informarle previamente de sus derechos, así como de la naturaleza y alcance de la actuación para la que se recaba la autorización, que deben ser claros y revocables en el curso del procedimiento”.

El problema, es que los ciudadanos pueden verse obligados a permitir estas actuaciones. La propia Agencia de Protección de Datos (AEPD) ha desaconsejado el uso del consentimiento del afectado como base legal para que la Administración tramite su información personal “porque se entiende que este no es totalmente libre”, explican los expertos en derecho digital, que “se le hayan ofrecido otras opciones” y que la negativa no conlleve consecuencias.

En este sentido, “las actuaciones celebradas por conducto digital serán en todo caso de carácter voluntario”, por lo que la negativa del contribuyente no puede suponerle un perjuicio. Los expertos fiscales añaden que el empleo de medios digitales “no debe situar al contribuyente en una mejor o peor posición”.

Confidencialidad

Además de contar con el consentimiento libre de los ciudadanos, la AEAT tendrá que aplicar “todos los requisitos que impone el esquema nacional de seguridad”. En primer lugar, para la correcta identificación del contribuyente sería aconsejable el uso de un DNI electrónico, “lo que dejaría fuera a gran parte de la ciudadanía”.

Por otro lado, el sistema desarrollado debe garantizar que la comunicación está cifrada de punto a punto, de forma que, en el hipotético caso de que se interceptase algún dato, este no fuese legible. La seguridad también debe estar presente en el alojamiento de las grabaciones, ya sea en la nube o un servidor interno. Además, añade el abogado, el contribuyente siempre debería poder pedir una copia y reclamar su caducidad. En este sentido, explica, sería conveniente que estuvieran unidas al expediente, de forma que fuesen destruidas cuando caducase el procedimiento.

Por último, aunque pueda parecer irrelevante, el lugar donde se desarrolle la videollamada también puede llegar a tener importancia. El campo visual de las conexiones online es limitado y debe poder garantizarse que no hay terceros que puedan escuchar la conversación. En realidad, estas soluciones digitales proporcionan comodidad y agilidad, pero su gestión “implica un gran reto”.

Potestad inspectora

Desde el punto de vista estrictamente procedimental, los fiscalistas consultados aclaran que la inspección en remoto es tan solo un nuevo medio con el que cuenta Hacienda, pero sometido a todas las garantías del contribuyente.

En primer lugar, la videoconferencia con la AEAT tendrá que respetar los aspectos sustanciales del procedimiento inspector, que “se mantienen intactos”. Por lo tanto, la Inspección Tributaria “deberá ajustarse a las potestades que tiene atribuidas, como si de comparecencias tradicionales se tratara”. Del mismo modo, cualquier vicio o anomalía que se pudiera producir en el desarrollo de una actuación por videoconferencia “podría ser motivo de impugnación”, afirma.

Aunque en la regulación de estas citaciones telemáticas no se diga expresamente, “el contribuyente siempre va a poder actuar, si lo desea, por medio de su asesor”. La clave está, en que “las actuaciones celebradas por conducto digital serán en todo caso de carácter voluntario, lo que permitirá el desarrollo de actuaciones presenciales cuando el obligado tributario o su representante así lo prefieran”.

Fuente Original: Cinco Días

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