Los Economistas defienden deflactar la tarifa y los mínimos del IRPF
El debate sobre la deflactación del IRPF, o en otras palabras, tener en cuenta los niveles de inflación, actualmente en el 9,8%, tanto en la tarifa como en el resto de los elementos de este impuesto, es un debate que ha calado y que está servido de cara a una futura reforma de este tributo.
A las demandas conocidas en las últimas semanas de partidos políticos, especialmente por el nuevo lider del PP, Alberto Núñez Feijóo y expertos fiscalistas, volvió a sumarse la de los fiscalistas del Consejo General de Economistas que entienden que podría ser razonable adaptar las tarifas y los umbrales de otros parámetros del impuesto, como mínimos personales y familiares, reducciones y deducciones, a un nuevo escenario de inflación.
El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha indicado, en rueda de prensa para presentar la Campaña de la Renta 2021, que es «razonable» tener en cuenta la subida nominal de rentas y la inflación en un impuesto progresivo como el Impuesto sobre la Renta.
Según sus cálculos, los contribuyentes podrían ahorrar entre 9 y 136 euros en su factura del IRPF si las tarifas se ajustan un 1,5%. El ahorro podría ser aún mayor, de entre 109 y 263 euros, si además de la tarifa también se ajustan a la inflación -en este caso, al 6,5%- otros componentes del IRPF.
El secretario técnico del Registro de Asesores Fiscales (REAF), Luis del Amo, explicó que este “efecto pernicioso” se deriva de la subida de los salarios, no de la inflación en sí, por lo que el ajuste de la tarifa debería realizarse conforme al incremento retributivo de los contribuyentes y no el IPC.
Por su parte, el presidente del Reaf, Agustín Fernández, indicó que en una sociedad tan envejecida como la española es inevitable tener en cuenta a los mayores a la hora de considerar las circunstancias personales y familiares de los contribuyentes del IRPF, que es un impuesto personal y subjetivo.
Respecto a los cálculos sobre deflactación de las tarifas y sobre la indexación de algunos parámetros utilizados para llegar a la cuota a ingresar, los economistas consideran que tiene más efecto económico lo segundo que lo primero, sobre todo porque la deflactación debería hacerse al tipo en que se incrementen las rentas, mientras que la indexación de parámetros como los mínimos personales y familiares o de los gastos deducibles de los rendimientos del trabajo debería seguir el IPC.
A modo de ejemplo, un contribuyente que en 2021 ingresara 22.000 euros y que en 2022 haya visto incrementado su salario un 1,5%, pagará 74,17 euros más de IPRF, pero podría ahorrarse 9,34 euros de esta cantidad si la tarifa se deflactara en un 1,5%.
Para un contribuyente que en 2021 ganara 300.000 euros y en 2022 disfrutara de ese mismo aumento salarial del 1,5% y la misma deflactación, el ahorro sería de 136,48 euros.
El CGE realiza este mismo ejercicio en el caso de que la subida salarial y la deflactación fuera del 3%, en cuyo caso el ahorro en el IRPF ascendería a 18,67 euros para el contribuyente que en 2021 ganaba 22.000 euros y 349,88 euros para el de 300.000.
Recientemente un estudio realizado por el catedrático de Hacienda Pública, José Félix Sanz, cifraba en 14.379 millones de euros el sobreesfuerzo fiscal en el IRPF desde 2008, lo que supone un coste de 698 euros adicionales por contribuyente.
Fuente Original: Cinco Días