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Inspecciones de Hacienda a trabajadores autónomos

La Agencia Tributaria realiza regularmente inspecciones para prevenir los delitos de fraude fiscal. Las suele realizar aleatoriamente, aunque con causas justificadas. Algunas de ellas,  tienen que ver con la solicitud de grandes devoluciones de IVA, tener una gran cantidad de gastos deducibles o haber recibido algún tipo de subvención.

Las alarmas de la Agencia Tributaria se suelen disparar también cuando el profesional omite facturas o utiliza algún software de doble uso. En estos casos, Hacienda también realizará inspecciones y lo más probable es que terminen con la sanción del profesional.

Otros casos en los que la Agencia Tributaria suele realizar inspecciones a autónomos son cuando se produce una brecha temporal entre las declaraciones del autónomo y las de sus clientes o proveedores o en el caso en el que haya discrepancias entre las declaraciones trimestrales y anuales o se deje una sociedad inactiva sin darla de baja.

En el caso de que Hacienda inicie una investigación, lo más importante para el profesional es mantener en orden su fiscalidad. Una alternativa puede ser recurrir a un programa de facturación y de contabilidad online que automatice los procesos y haga más sencilla la gestión.

Poner en orden la documentación

Por otro lado, una vez se ha recibido la carta de Hacienda informando de la inspección, se aconseja leer atentamente todas las indicaciones para detectar posibles fallos que pondrían al profesional en un aprieto con Hacienda.

A continuación, es importante que el autónomo ponga en orden toda la documentación de que disponga. En este sentido, deberá tener bien detalladas las transacciones realizadas durante el último periodo, además de tener a mano los libros contables, los libros de facturas y otros soportes de los movimientos financieros realizados.

De igual forma, es conveniente mostrarse colaborativo durante todo el proceso y advertir a los empleados de la empresa, en caso de tenerlos, de que deben prestar su apoyo y ceñirse a la verdad, ya que es posible que los inspectores les interroguen y cualquier contradicción que se produzca podría afectar a la compañía.

Por último, una vez haya finalizado la inspección, el profesional deberá revisar las diligencias pertinentes, firmarlas y asegurarse de que reflejan la realidad del negocio.

Fuente Original: Cinco Días

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