Cómo calcular el IRPF de los autónomos en función del régimen por el que tributen

Los trabajadores autónomos tienen tres formas de tributar el IRPF, a través del Régimen de Estimación Directa Normal, a través del Régimen de Estimación Directa Simplificada o a través del Régimen de Estimación Objetiva, también conocido como sistema de módulos.

Para calcular el IRPF en el Régimen de Estimación Directa Normal, expertos explican que este régimen es el común a todo nuevo trabajador autónomo. Los trabajadores autónomos pueden acogerse a este régimen solo si su cifra de negocio es menor de 600.000 euros anuales.

En este tipo de régimen para calcular el rendimiento sobre el cual se paga el IRPF hay que tener en cuenta la diferencia de todos los ingresos y los gastos deducibles relacionados con la actividad en el caso de que no estén relacionados con la actividad, no son deducibles.

Asimismo, en estimación directa habrá que tener en cuenta las ganancias o pérdidas que se hayan tenido por la venta de elementos patrimoniales relacionados con el negocio y aquellos que empiezan de cero pueden reducirse un 10% en el rendimiento neto, pero solo en los dos primeros años de beneficios.

Más de 600.000 euros

Por su parte, en el Régimen de Estimación Directa Simplificada deben tributar los autónomos cuyo volumen de operaciones anuales no superen los 600.000 euros. El cálculo es mucho más sencillo en este régimen. Para ello, el rendimiento neto se calcula restando a los ingresos los gastos deducibles. Así de simple, o simplificado.

En este sentido no se tiene en cuenta el cálculo de otros parámetro que sí entran en la modalidad de Estimación Directa Normal, como las pérdidas por deterioro, las amortizaciones o las ganancias o pérdidas procedentes de la venta de patrimonio. Al resultado de restar los gastos deducibles de los ingresos, en la modalidad Simplificada se debe aminorar un 10%.

Fuente Original: Cinco Días